<<Intento expresarlo, pero algo me lo impide. Tengo miedo, miedo de la sentir de nuevo ese dolor. No debería volver a intentarlo, ni siquiera debería pensarlo, pero aquí estoy con la mente llena de estos pensamientos ¿Seré idiota?>> pensó Darren al salir de casa.
Caminó tranquilo por la acera, observando a
los transeúntes que se le cruzaban. Su camino estaba ya decidido, no necesitaba
de señales, ni mapas. Él conocía perfectamente su destino, y parecía tan
acostumbrado a ese camino que ni siquiera necesitaba poner atención por donde
iba, sus pies le guiaban. Al pasar por una tienda decidió comprar una soda,
pues el día estaba bastante caluroso. Siguió el rumbo, y una sonrisa de dibujo
en su rostro cuando sus ojos se posaron sobre la puerta de un edificio que él
conocía muy bien.