sábado, 5 de abril de 2014

Melodía entretejida



Dulce, dulce mazmorra que ha resguardado los recuerdos de quien se creía olvidado. Su llanto nadie pudo oír, ni sus lagrimas ver. El dolor fue su único compañero. Frío se siente su corazón. ¿Quién ha olvidado a tan pequeña criatura? Su cuerpo se desvanece, sus lagrimas se secan y sus pensamientos han abandonan la cordura. Su corazón comienza ha congelarse provocando que el dolor desaparezca de a poco. Sonríe, sonríe solo una vez más, solo así podrás calentar tu espíritu. Pequeña criatura tu alma atada al infierno está. Levántate, camina mientras el suelo de carmesí se teñirá. La festividades van a comenzar, el espectáculo te espera.


   El bosque susurra las historias que en el habitan, se escuchan cada vez más cerca. La voz del viento hace a los arboles hablar para transmitir el escalofriante mensaje, el que nadie logra escuchar. Al igual que una pequeña hoja que recorre la aldea en compás al viento, se ignorará. La naturaleza como único testigo trata de advertir a la aldea del peligro que poco a poco la envuelve. Ignorantes del suceso los aldeanos trabajan arduamente para el espectacular completar. Nadie ha de imaginarse que de carmesí se decorará. Suena la música que ha todos hace bailar, sin notar los hilos que en sus muñecas ya se han de enganchar. Marionetas bailen, marionetas canten que su ignorancia a su fin los llevará. Apresurarse que el espectáculo ha de comenzar. Las personas de la aldea impacientes están, no han de imaginar que en las estrellas se convertirán. Juegos, licor, comida, bailes y mucha diversión. Sonríen y ríen, la dulce melodía de la felicidad. ¿Por que han de escapar? No hay miedo, ni dolor. Después de tanto esperar el payaso ha aparecido, se ha colocado en el escenario y con sus trucos la atención acaparará. No hay razón para que el pequeño niño lloré. Todos son felices.

  Caminando por el bosque, impaciente está, la diversión aguarda. ¡Esto será divertido! Los latidos aceleran, el caparazón de hielo se derrite. Esto es lo que necesitaba, una alegría para su olvidado corazón. Sigue el rumbo que el pueblo haz de encontrar, luces lo hacen brillan, las risas lo hacen hablar. Solo un poco más. Un poco más y la diversión ha de empezar.

  El pequeño ha comenzado a llorar. Su llanto la música no puede opacar. Las muñecas comenzaron a bailar, no te sorprendas, el espectáculo inició. Impactados, asustados, borrando sus estúpidas sonrisas del rostro. Las cuerdas que sus brazos sujetaban han comenzado a moverse, ahora están en el poder de alguien más. Pequeñas criaturas patéticas bailen al compás de la nueva melodía que ha comenzado a sonar, resistirse es inútil, sus almas condenadas al infierno pudrirán sus cuerpos. Gritos de dolor son la canción favorita del único espectador. Lloren, las lágrimas no pagan el precio. Intenten huir, que la desesperación es la puerta más próxima a la muerte. Bailen un poco más porque al espectador no se quiere aburrir. Carmesí es su color favorito y esta noche todos han de vestir ese color. Ayuda a tu compañero a vestir que las prendas listas están. Nadie debe desentonar, de otro no pueden vestir, que el destino así lo ha deseado. Sus miembros desgarren, pero no pierdan la visión de tan sublime espectáculo. Sientan el dolor y la soledad de la oscuridad porque nadie los abrazará. Su corazones no han sido poseídos, el demonio no esta allí, sus cuerpos han decidido bailar a voluntad aquella pieza que creían haber olvidado. Ni dios, ni demonios, solo humanos danzan esta noche.

  Se ha reservado un espacio especial para él. En la estrella principal se convertirá. ¿Quieres bailar? Príncipe que alguna vez sonrió con amabilidad. Su corazón lleno de bondad parecía estar, pero no resulto ser mas que mentiras. La mascará se desintegra desvaneciendo su sonrisa para siempre. Envuelve tu cuerpo de dolor, torturalo, deja que penetre el corazón. Empatiza, ven a jugar, siente el sufrimiento y la angustia de no poder escapar. Llora hasta que tus lagrimas en cenizas se conviertan. El fuego del mismo infierno ha de quemar tu cuerpo, reduciéndolo tu existencia a un recuerdo que nadie evocará. El amor no te salvará, porque se ha desvanecido y no regresará.

  Todos han de olvidar lo que en esta aldea ocurrió, pues su existencia se dudará. En el mapa no la haz de encontrar y el nombre de las memorias se borrará, porque las cenizas de su presencia por el bosque dispersas quedarán. No fue un monstruo, ni un demonio. Solo un humano creado por aquellos que la olvidaron. Abandonada, enjuicia sin culpa, su inocente existencia quisieron deshacer. ¿Quién ha olvidado a tan pequeña criatura? Su sonrisa es la única salvación para descongelar su corazón, con la ayuda de aquella melodía que solo en el infierno parece crear ha logrado a todos hacer bailar.



Por Meg Holmes Kuroba



[La derrota no es una opción. No los olvides.]



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