miércoles, 3 de abril de 2013

El príncipe encadenado


 Lo escribí hace un par de años. Lo edité. Me trae ciertos recuerdos, por eso he de publicarlo aquí. Estoy rescatando algunos textos viejos, solo para que no se pierdan.



Ha pasado mucho tiempo desde que vi por primera vez esa mirada, y aún conservo la imagen intacta de aquel instante. En ese entonces cuando tendiste tu mano para ayudarme no sabía si fiarme de  ti, pero debo decirlo, no tenía otra alternativa, por lo que acepte tu compañía. El tiempo pasó mientras te conocía más y más, tu amabilidad y valentía hacían de ti una persona cada vez más encantadora. Disfrutaba el estar contigo todo el tiempo, a tu lado me sentía  como la niña mimada que siempre quise ser. Me enseñaste a ser fuerte, a confiar en mí, a sentirme orgullosa de quien soy, y enfrentar las consecuencias de mis actos. Hiciste que la decisión tan dura que escogí valiese la pena. 

En aquel momento creí que eras como mi ángel guardián que me seguiría toda la vida, hasta que ocurrió lo inesperado. Pude ver tus alas, y estas no eran blancas, sino más bien de un negro intenso. Me aterré al ver que mi ángel se alejaba. Quise llorar, pero el rencor se interpuso,  sentí que me habías traicionado, que pisoteaste mi confianza, pese a eso no te odie, no podía hacerlo. 

Esa noche en que la luna brillaba con cierta nostalgia en el cielo y serpientes caminaban bajos mis pies, sedientas de la sangre que el endemoniado hombre de la cabellera negra les había ordenado beber, visualice tus cadenas, controladas por el endemoniado sujeto. Creí que lo ayudas, pero como aliado no podías estar atado como un esclavo. ¿Qué extraño misterio escondías príncipe? Además, me salvaste de una extraña muerte, ¿Te estas burlando de mi? Cada uno de tus actos confundía a mi corazón. Después de ese encuentro casual, decidí ayudarte, no sé que me motivó, lo que si sabía era que debía descubrir la verdad. El desenvolver tu misterio era escalofriante. No imagine todo lo que ocultabas, pero entendí porque callabas, sin más que decir, decidí perdonarte y te acepte de nuevo. Aunque no todos estuviesen de acuerdo, yo había tomado una decisión.

 Han pasado muchos años desde aquel incidente, y sigues a mi lado, jurando lealtad a su princesa. Apartando aquello, no quiero que te vuelvas a alejar de mí jamás. Te necesito conmigo. Quiero que me escuches, que me digas que soy una idiota, que estés dispuesto a mojar tu camisa con mis lágrimas, y a manchar tu arco de la sangre de los tiranos. Confió en ti más que en nadie. No puedo hacer esta alocada misión sin ti. Tienes que decirme que lucharas a mi lado.

Atte. 
Shiru.

{ Carta dedicada al príncipe encadenado [420/PS] Fragento }


by Meg Holmes K. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario