miércoles, 19 de septiembre de 2012

Manzana de cristal

La mano con la cual sostenía el revolver le temblaba. Su voz se quebraba con cada palabra. Sus ojos llenos de odio no le quitaban la mirada de encima.

-         -Tranquila, podemos dialogar.
-          -Di una palabra más y te vuelo los sesos, bastardo.

Una lagrima resbalo por su mejilla. El hombre retiró las sabanas que le cubrían. Colocándose de pie junto a la cama.

-         - ¡Amor mio! ¿Qué crees que haces con esa arma? No es digno de una princesa. Déjala en la mesa y conversemos. No cometas una locura.
-          -¿Esperas que lloré? ¿Que corra lejos de aquí? Porque mi príncipe ira detrás de mí. Para decirme que todo es un mal entendido.
           -Pues es un malentendido ciertamente.
-          -Es un malentendido verte en la cama con una puta sirvienta. ¿Crees que soy estúpida?